MIEDO, MUCHO MIEDO Desde que abro los ojos por la mañana tengo miedo. Un miedo atroz, cerril e Injustificado que me atenaza, me aplasta y me impide llevar una vida normal. Cada mañana paso entre diez y quince minutos aterrorizado ante la idea de salir de entre las sábanas y poner un pie en el suelo temiendo la posibilidad de tropezar o caer. Cuando al fin me decido, lo de entrar en un cuarto de baño lleno de esquinas, humedades propensas al resbalón, aparatos que cortan o electrocutan es una tortura que me paraliza. Y después tengo que entrar en ese criadero de accidentes conocido como cocina. Tras vencer todos estos miedos más o menos rutinarios y parcialmente controlados llega la hora de abrir la puerta de casa y salir a...